ceder esto, la fuerza retroactiva, esto es, también la aceleración, disminuye de continuo y al paso de la posición media se hace igual a cero; pues en esta posición media la bola está en equilibrio y no actúa sobre ella ninguna fuerza aceleradora. En el mismo punto en donde la velocidad es máxima, es mínima la aceleración. A consecuencia de la facultad de conservación, pasa la bola por la posición de equilibrio, y entonces la fuerza del resorte actúa retrasando y frena el movimiento. Cuando la primitiva oscilación ha llegado al otro extremo, la velocidad queda rebajada a cero y la fuerza alcanza su valor máximo; al mismo tiempo la aceleración tiene también su máximo valor, ya que en ese momento invierte la dirección de la velocidad. A partir de aquí, el proceso se repite en sentido inverso.
Si ahora se substituye la bola por otra de diferente masa, se ve que el carácter del movimiento permanece idéntico; pero varia la duración de la oscilación. Cuanto mayor sea la masa, más lento será el movimiento y más pequeña la aceleración; si la masa disminuye, aumentará el número de oscilaciones.
En muchos casos puede admitirse que la fuerza retroactiva K es exactamente proporcional a la oscilación x. En tal caso puede representarse en intuición geométrica el curso del movimiento de la manera siguiente: Sea un punto P, móvil en la periferia de un circulo de radio a; el punto P se mueve con movimiento uniforme a razón de ν veces en un segundo. Recorre, pues, el circulo 2πa (π=3,14....) en el tiempo sec; es decir, que su velocidad es