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La teoría de la relatividad de Einstein.

en las cuales se expresa una armonía de números enteros que entendemos aún imperfectamente: la teoría llamada de los quanta, elaborada por Planck (1900). Aquí tiene la palabra la investigación futura.

12. Conclusión.

Ya conocemos, aunque sólo a grandes rasgos, la teoría del espacio y del tiempo establecida por Einstein. Hemos visto cómo se origina en las teorías físicas de sus predecesores, cómo un proceso claramente perceptible de objetivación y relativización conduce a través de las inextricables sendas de la ciencia hasta las más altas cumbres de la abstracción, que caracteriza hoy los conceptos fundamentales de las ciencias naturales exactas. La fuerza de la doctrina nueva viene de su origen experimental; es hija del experimento, y ha engendrado a su vez nuevos experimentos que testimonian su valor. Pero lo que constituye su trascendencia allende los estrechos límites de la investigación particular es la grandeza, la audacia, la rectitud de los pensamientos. La teoría de Einstein representa una tendencia espiritual cuyo ideal es un sano equilibrio entre la libre fantasía creadora, la lógica critica y la paciente sumisión a los hechos. No es una concepción del universo, si universo significa algo más que no sólo la multiplicidad espacio-tiempo de Minkowski; pero a quien se sume amorosamente en su riqueza ideal le da indicios y le abre camino hacia una concepción del universo. Pues aun fuera de la ciencia es la consideración objetiva y relativa de las cosas una gran adquisición, una liberación de prejuicios, un gran salto que da la vida por encima de normas cuya pretensión de valer en absoluto desvanécese ante el juicio critico del relativista.