Página:La teoría de la relatividad de Einstein.djvu/376

Esta página ha sido corregida

371
La teoría general de la relatividad.

debería resplandecer en clara luz, porque entonces habría siempre una estrella en cualquier dirección que se mirase; a no ser que la luz, en su camino hasta nosotros, fuese debilitada y finalmente absorbida. Pero puede afirmarse, fundándose en muy fuertes razones, que no hay absorción de la luz en el espacio cósmico. Por tanto, habrá que pensar la totalidad de las estrellas como una gigantesca aglomeración de astros que, o acaba de pronto, o, por lo menos, va poco a poco rarificándose de dentro a fuera.

Pero esta representación plantea una grave dificultad, si partimos de la mecánica de Newton. ¿Cómo permanecen las estrellas juntas? ¿Cómo es que no se pierden en la nada? Es sabido que todas las estrellas tienen velocidades considerables; pero están repartidas irregularmente en todas las direcciones, y no se observa indicio alguno de que el conjunto tienda a deshacerse.

A esto se contestará: «la gravitación recíproca mantiene juntas a las estrellas».

Pero esta respuesta es falsa. Hace tiempo que se conocen los métodos adecuados para resolver estos problemas. Son los métodos de la teoría cinética de los gases; un gas consta de innumerables moléculas, que se mueven confusamente unas respecto de las otras y son conocidas las leyes de estos movimientos.

Ahora bien; es claro que un gas que no se halla encerrado entre paredes sólidas se deshace al punto; la experiencia y la teoría coinciden en enseñar que un sistema de cuerpos no permanece continuamente en cohesión, aun cuando los cuerpos se atraigan por fuerzas que actúen, según la ley de Newton, en proporción inversa del cuadrado de la distancia.

El sistema de todos los cuerpos celestes debiera comportarse lo mismo que un gas, y no se comprende, por tanto, cómo es que no muestra tendencia alguna a perderse en el espacio cósmico infinito.

Einstein ha dado a esto una muy extraña respuesta: «Porque el universo no es infinito.» Bien; pero ¿dónde están sus límites? ¿No es absurdo admitir que el universo esté «rodeado de una tapia»?