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La teoría general de la relatividad.

en el lugar del espacio absoluto, como causa ficticia de procesos físicos, han de aparecer ahora masas lejanas como causas reales. El Cosmos en conjunto, el ejército de los astros, produce en todo lugar y en todo tiempo un determinado campo métrico o campo gravitatorio; su constitución no puede enseñárnosla mas que una especulación de índole cosmológica, como la que luego habremos de explicar (VII, 11, pág. 370). Pero, en pequeño, eligiendo convenientemente el sistema de referencia, el campo métrico debe ser «euclidiano», es decir, que las trayectorias de inercia y los rayos luminosos serán líneas universales rectas. Comparadas con el Cosmos, son, empero, las dimensiones de nuestro sistema planetario mismo harto pequeñas; y por eso, si las referimos a un sistema de referencia adecuado, valen en él las leyes de Newton hasta donde el Sol o las masas planetarias no producen perturbaciones locales, que corresponden a las atracciones de la teoría de Newton. La astronomía enseña que semejante sistema de referencia, en el cual la acción de las masas de las estrellas fijas dentro de los límites de nuestro sistema planetario conduce a la determinación euclidiana de las medidas, está justamente en reposo relativo (o en movimiento uniforme y rectilíneo) respecto a la totalidad de las masas cósmicas y que, por tanto, las estrellas fijas, con referencia a ese sistema, hacen movimientos relativamente pequeños que en el centro se suprimen; una explicación de este hecho astronómico sólo puede darse aplicando los nuevos principios dinámicos al conjunto del Cosmos, lo cual será objeto de nuestros últimos capítulos. Ahora debemos ocuparnos, ante todo, de la mecánica y la física dentro del sistema planetario. Y en tal caso, las teorías de la mecánica de Newton siguen casi intactas; pero hay que tener siempre en cuenta que el plano de oscilación del péndulo de Foucault no es fijo con respecto al espacio absoluto, sino con respecto al sistema de las masas lejanas y que las fuerzas centrífugas no se presentan en rotaciones absolutas, sino en rotaciones relativas a las masas lejanas. Además, es completamente lícito no referir las leyes de la física al habitual sistema de coordenadas, en el cual el campo