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La teoría de la relatividad de Einstein.

2. Unidades de longitud y tiempo.

El fundamento de toda medición del espacio y del tiempo es la determinación de la unidad. La indicación de una longitud «de tantos metros» significa la relación entre la longitud a medir y la longitud del metro; la indicación de un tiempo «de tantos segundos» es la relación entre el tiempo a medir y la duración de un segundo. Trátase, pues, siempre de números relativos, de datos relativos, referidos a las unidades. Estas mismas son caprichosas en sumo grado y elegidas desde puntos de vista diferentes, como su facilidad de reproducirse, su duración, su movilidad, etc...

La medida de longitud es, en la física, el centímetro (cm.), la centésima parte de un metro que se conserva en París. Primitivamente se definía el metro por una relación sencilla con la circunferencia de la Tierra, diciendo que era la diez millonésima parte del cuadrante. Pero nuevas mediciones han demostrado que esto no es completamente exacto.

La medida del tiempo es, en la física, el segundo (sec), que se halla en conocidísima relación con la duración del movimiento rotativo de la Tierra.

3. Punto-cero y sistema de coordenadas.

Pero si se quiere no sólo establecer longitudes y tiempos, sino indicar lugares y momentos, son necesarias otras determinaciones. Para el tiempo, que nos representamos como una formación unidimensional, basta indicar un punto-cero. Nuestros historiadores cuentan los años a partir del nacimiento de Cristo; los astrónomos eligen, según los propósitos de su investigación, otros puntos-cero, que llaman épocas. Una vez establecida la unidad y el punto-cero, un suceso cualquiera puede encontrarse, indicando un número.

En la geometría, tomada en el sentido estrecho de una determinación de lugar sobre la Tierra, hacen falta dos datos para definir un punto. No basta decir: «Mi casa está en la calle