gráfica tiene un oscilador eléctrico, que consiste esencialmente en un espacio de chispa F, una bobina S y un condensador K; esto es, dos placas de metal aisladas una de otra, las cuales, unidas por hilos, forman un circulo de corriente «abierta» (fig. 103). Se carga el condensador hasta que en F salta una chispa; el condensador entonces se descarga, y las cantidades de electricidad almacenadas se desprenden. Pero no se compensan sencillamente, sino que disparan sobre el equilibrio y se reúnen de nuevo en las placas del condensador, aunque con signo contrario, como un péndulo, al oscilar, pasa por la posición de equilibrio y sigue hacia el lado opuesto. Terminada la nueva carga del condensador, corre la electricidad de nuevo y oscila como un péndulo hasta que su energía se gasta por calentamiento de los hilos conductores o por desgaste de otras partes del aparato; v. gr., de las antenas irradiantes. La oscilación de la electricidad demuestra, pues, la capacidad de permanencia que posee el campo, lo cual corresponde exactamente a la inercia de masa en la bola del péndulo. La teoría de Maxvell expone este hecho en todos sus detalles con exactitud; las oscilaciones electromagnéticas, que se presentan en un determinado aparato, pueden calcularse de antemano por medio de las ecuaciones de los campos.
![fig103](http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/2/2b/La_teor%C3%ADa_de_la_relatividad_de_Einstein_%28page_236_crop%29.jpg/220px-La_teor%C3%ADa_de_la_relatividad_de_Einstein_%28page_236_crop%29.jpg)
J. J. Thomson sacó de aquí la conclusión de que la inercia de un cuerpo puede aumentarse dándole una carga eléctrica. Consideremos una esfera cargada, primero inmóvil y luego en movimiento con la velocidad v. La esfera inmóvil tiene un campo electrostático con líneas de fuerza radiales; la esfera en movimiento tiene, además, un campo magnético con líneas de fuerza circulares que envuelven la trayectoria de la esfera (fig. 104); pues una carga en movimiento es una corriente de convección y produce un campo magnético según la ley de Biot y Savart. Ambos estados tienen la facultad de permanencia que hemos descrito; el uno no puede transformarse en el