proceso de la magnetización se dirigen paralelamente. Admítese en esto que conservan por sí la disposición paralela, acaso a consecuencia de resistencias de frotamiento. Puede admitirse que en la mayor parte de los cuerpos que no se presentan como imanes permanentes falta ese frotamiento; entonces la posición paralela será producida por un campo magnético exterior; pero desaparecerá al punto, tan pronto como se aleje el campo. Una substancia tal será, pues, imán sólo durante el tiempo en que se halle junto a ella un campo magnético exterior. Pero no hace falta ni siquiera admitir que las moléculas sean imanes permanentes, en posición paralela; si cada molécula contiene los dos flúidos magnéticos, éstos se separarán bajo la acción del campo y la molécula por sí misma será un imán. Este magnetismo inducido ha de tener, empero, la misma acción que la teoría formal describe introduciendo la permeabilidad. Entre dos polos magnéticos (N y S) en tal medio, fórmanse cadenas de moléculas-imanes cuyos polos opuestos compénsanse en el interior; pero terminan en N y S en polos opuestos, y así debilitan las acciones de N y S (fig. 85). Prodúcese, por lo demás, también el efecto inverso de la fortificación; pero no entraremos aquí en su interpretación.
Exactamente lo mismo que acabamos de explicar para el magnetismo puede pensarse también para la electricidad. Un dieléctrico consiste, según esto, en moléculas que, o son por sí mismas dipolos eléctricos y se dirigen paralelamente, en un campo exterior, o que por la acción del campo llegan a ser dipolos merced a la separación de la electricidad positiva y la negativa. Entre dos