das. La evolución de la teoría de las fuerzas eléctricas y magnéticas es un ejemplo de esa marcha circular de las teorías; al principio es una teoría de acción próxima, fundada en motivos metafísicos; luego ésta es deshecha por una teoría de acción a distancia, según el modelo de Newton; y, por último, se transforma, obligada por nuevos hechos descubiertos, en una teoría general de la acción próxima. Estas oscilaciones no son, empero, signos de debilidad; pues las imágenes que con las teorías se conexionan no son lo esencial; lo esencial son los hechos empíricos y sus conexiones conceptuales. Y si se siguen éstos, no se ve ninguna oscilación, sino una constante evolución llena de fuerza lógica interior. Los primeros ensayos teóricos anteriores a Newton pueden bien considerarse como fuera de la serie, porque los hechos eran conocidos harto mal para poder dar puntos firmes de asiento a las teorías. Pero la teoría de la acción a distancia que surgió luego, según el modelo de la mecánica de Newton, está perfectamente fundada en la esencia de los hechos eléctricos. Una investigación que disponía de los medios experimentales del siglo xviii tenía necesariamente que fundarse en las observaciones entonces posibles, y, por tanto, venir a la conclusión de que las fuerzas eléctricas y magnéticas actúan, del mismo modo que la gravitación, en la lejanía. Aun hoy, desde el punto de vista de la muy desarrollada teoría de la acción próxima de Faraday y Maxwell, es perfectamente lícito exponer la electroestática y la magnetoestática por medio de fuerzas a distancia, y tal exposición conduce, si se emplea inteligentemente, siempre a resultados exactos.
El pensamiento de que las fuerzas eléctricas actúan en la lejanía, como la gravitación, fué concebido primeramente por Aepinus (1759); éste llegó incluso a concebir la gravitación y la electricidad como efectos del mismo flúido. Representóse, en el sentido de la teoría de un solo flúido, que una materia sin flúido eléctrico repelería otra materia; pero que siempre hay un pequeño exceso de flúido que produce la atracción de la gravitación. No consiguió establecer—y es extraño que no lo consiguiera—la ley exacta de la dependencia entre las accio-