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Las leyes fundamentales de la óptica.

de movimiento, y éstas, en la mecánica, no son independientes del movimiento del sistema de referencia.

Sólo hay dos puntos de vista posibles. El primero parte de la consideración de que las experiencias ópticas nos dan algo nuevo en principio, a saber: que la luz se conduce, por lo que a velocidad y dirección se refiere, de distinto modo que los cuerpos materiales. Si se consideran las experiencias ópticas como coactivas, como imponiéndose a nosotros, habrá de defender el físico este punto de vista, si quiere mantenerse lejos de toda especulación sobre la esencia de la luz. Ya veremos que éste es el camino que en definitiva ha seguido Einstein. Pero se necesita para ello una altísima libertad frente a las convenciones de las teorías tradicionales, libertad que sólo es posible cuando el nudo gordiano de construcciones e hipótesis ha llegado a tal complicación que la solución única es cortarlo de un tajo.

Pero aun estamos aquí en plena época floreciente de la teoría mecánica del éter; y esta teoría tomó, naturalmente, el otro punto de vista. Debía concebir el principio óptico de relatividad como fenómeno secundario, y en cierto modo semicontingente, producido por la compensación de causas eficientes actuando retroactivamente. Que esto es, hasta cierto punto, posible, obedece a que hay libertad de hacer hipótesis acerca de cómo el éter se mueve, de cómo es influido en su movimiento por los cuerpos en movimiento. Ahora bien; un gran resultado de la hipótesis de Fresnel sobre el arrastre del éter es que ella explica, efectivamente, el principio de la relatividad óptica, en cuanto que se refiere a cantidades del primer orden. Mientras la exactitud de las mediciones ópticas no recibió la poderosa impulsión que es necesaria para medir cantidades del segundo orden, aquella teoría de Fresnel satisfacía a todas las exigencias de la experiencia, salvo una posible excepción, poco notada, por lo general, lo cual es bastante extraño y admirable. En efecto; si la exactitud perfeccionada de las mediciones astronómicas llegare al resultado de que la observación de los eclipses de los satélites de Júpiter según el antiguo método de