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Las leyes fundamentales de la óptica.

les; esto es porque, para las condensaciones y dilataciones de las ondas longitudinales, es determinante otra constante de elasticidad p que para los laterales desplazamientos de las vibraciones transversales. En los cuerpos no cristalinos, las dos ondas transversales tienen direcciones distintas de vibración, que son perpendiculares una a otra, pero la misma velocidad c1; la onda longitudinal tiene otra velocidad c2 (fig. 66).

fig66
fig66

Todos estos hechos se confirman por experimentos en ondas sonoras sobre cuerpos sólidos.

Volvamos ahora al punto de partida de estas consideraciones, esto es, a la teoría elástica de la luz.

Esta consiste en identificar el éter portador de las vibraciones luminosas con un cuerpo sólido elástico; las ondas luminosas son entonces en cierto modo ondas sonoras en ese medio hipotético.

¿Qué propiedades deben atribuirse a ese éter elástico?

Ante todo, la enorme velocidad de propagación c exige, o que sea muy grande la rigidez elástica p, o que sea muy pequeña la densidad de masa ρ, o las dos cosas a la vez. Pero como la velocidad de la luz es distinta en diferentes substancias, deberá el éter, dentro de un cuerpo material, o estar condensado o variar de elasticidad, o ambas cosas a la vez. Se ve que aquí se ofrecen distintos caminos. Y el número de las posibilidades aumenta por el hecho de que, como hemos visto, no cabe decidir experimentalmente si las vibraciones de la luz polarizada se verifican paralela o perpendicularmente al plano de polarización (plano de incidencia del espejo polarizador).

En correspondencia con esta indeterminación del problema, encontramos históricamente un gran número de teorías dife-