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—Si es así, iremos, seguramente, usted y yo y... sí, ¿por qué no? El doctor Watson es el hombre preciso. La persona que le escribe á usted dice dos amigos, y el doctor me ha acompañado ya antes.

¿Pero querrá venir ?—preguntó la joven con expresión de súplica en la voz baja y en la mirada.

—Tendré orgullo y placer—dijo con fervor,si puedo servir á usted en algo.

Son ustedes muy buenos—contestó la joven. —Siempre he vivido retirada, y no tengo amigos á quienes apelar. ¿Supongo que con volver á las seis será suficiente?

No vaya usted á venir más tarde—le previno Holmes.—Pero aclaremos otro punto. ¿La letra de esta carta es la misma de la dirección de las cajitas con las perlas?

—Aquí tengo las direcciones contestó la scñorita Morstan, sacando seis pedazos de papel.

—Es usted una cliente modelo; posee usted la intuición correcta de las cosas. Veamos.

Holmes extendió los papeles sobre la mesa, y comenzó á recorrerlos rápidamente con la mirada.

—Todos han sido escritos desfigurando la letra, pero la carta no, dijo, al cabo de un momento; lo que no significa que tengamos duda