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»del vapor. Es probable que Smith se diera cuen»ta de que á nosotros nos pasaba algo extraño, »pero nunca le revelamos nuestro secreto. Todo »lo que he referido es la verdad, señores; y si »lo he dicho á ustedes no ha sido para divertir»los, pues ustedes no han trabajado ciertamente » por mi felicidad, sino porque he creído que mi »mejor defensa consistía en no ocultar nada, Den hacer que todo el mundo sepa cuál fué el »comportamiento del mayor Sholto conmigo, y »cuán inocente soy de la muerte de su hijo.

—La historia es extraordinaria dijo Sherlock Holmes. Interesante hasta el extremo. En la última parte de su narración no ha habido más que una cosa que yo ignoraba: que la cuerda había sido llevada por usted. Yo suponía que la habían encontrado en el cuarto. Y ahora que recuerdo: mi creencia era que Tonga había dejado caer todos sus dardos; pero después tuvo uno más para dispararlo sobre nosotrosel —Sí, señor; todos se le habían caído, excepto que le quedaba en el tubo con que los lanzaba.

—¡Ah! ¿De veras ?—dijo Holmes ;—pero eso tampoco se me había ocurrido.

14 ¿Tiene usted alguna otra pregunta que hacerme?—preguntó afablemente el presidiario.

—Creo que no, gracias—le contestó Holmes.

—Bueno, Holmes —dijo Athelney Jones.