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construido sobre falsos puntos de partida la teoría que le sirve de norma?

Yo no le había visto nunca equivocarse, pero el razonador más perspicaz puede engañarse una vez. Y era posible que á él lo indujera á error el extremado refinamiento de su lógica, de su preferencia por las sutiles y caprichosas explicaciones sobre las fáciles y comunes que estaban al alcance de su mano.

Pero, al recorrer con el pensamiento esa larga cadena de curiosas circunstancias, algunas de ellas triviales, pero todas tendientes á la misma dirección, no puedo disimularme que aun en el caso de que las explicaciones de Holmes fucran incorrectas, la verdadera teoría debía ser igualmente excepcional y sorprendente.

A las 3 de la tarde tocaron fuertemente la campanilla, una voz autoritaria resonó en el vestíbulo, y luego entró en mi cuarto, con no poca sorpresa mía, el mismo Athelney Jones en porsona. Pero su actitud cra muy diferente a la del brusco y sentencioso profesor de sentido común que con tanta confianza en sí mismo se había hecho cargo del asunto de Upper Norwood. Sus ojos miraban con expresión de abatimiento, sus maneras eran moderadas, y todo su ser parecía pedir disculpa.

—Buenos días, señor.