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nathan Small habría dado algo por no utilizar sus servicios.

—Pero, ¿cómo ha podido tener un compañero tan singular?

¡Ah! Eso es más de lo que yo podría decir; pero no tiene nada de extraordinario que Jonathan Small esté aliado con un indígena de las islas Andaman, desde que hemos convenido en que él mismo viene de allá. No dudo de que todo lo descubriremos á su tiempo. Mire usted, Watson: su cara revela que está usted suficientemente cansado. Acuéstesc en ese sofá, y veamos si puedo hacerlo dormirwak Tomó su violín, y mientras yo me tendía en el sofá, comenzó a tocar por lo bajo un aire melodioso y sentimental, sin duda de su propia inspiración, pues tenía cspecial facilidad para improvisar. Recuerdo vagamente la última visión de sus robustos miembros, de su franco rostro, y de su mano que bajaba y subía con lentitud.

Después me sentí flotando apaciblemente en un mar de sonidos, hasta que me encontré en la tierra de los sueños, con la dulce mirada de la señorita Morstan fija en mis ojos.