Página:La romana. Presencia de la mujer en las Elegías del Corpus Tibullianum.djvu/96

Se presenta como sacerdotisa de Bellona y proclama sus profecías en un tono dramático y magnificus que parece parodiar pasajes de la tragedia, tal como los conocemos por Séneca. También se puede leer en De Vita Beata (26,8) una descripción análoga: cum aliquis secandi lacertos suos artifex bracchia atque umeros suspensa manu cruentat, cum alique genibus per uiam repens ululat. Lee (p. 124) relaciona los vv.51 y ss. con la inscripción pompeyana que ofrece detalles similares: Si quis forte meam cupiet uiolare puellam, ullum in desertis montibus urat Amor Corpus Inscr. Lat. 4, 1645 Estos versos podrían haber pertenecido a Galo, ya que los grafitti pompeyanos presentan muchas veces citas de poetas, y en tal caso se podría suponer un motivo erótico común con la noción protectora del Amor. La imagen profusamente ensangrentada, el hacha y la flecha adherida a su costado componen una figura tan teatral y efectista como la de la hechicera, a la vez que convocan una visión aterradora cuya funcionalidad aparece inme- diatamente después, en la lúdica declaración de los ruegos realizados por el poeta. El tono gira hacia lo humorístico en el Et tibi nescio quas dixit, mea Delia, poenas: / si tamen admittas, sit precor illa leuis, que involucra a la amada, y la amedrenta con el ruego de que tan terrible personaje pueda ser blanda con ella. Así, pues, la figura se construye con elementos similares a los de la hechicera y su función puede ser considerada análoga. Creemos que no debiera ser entendido ninguno de los pasajes citados como una digresión puesto que en ambos casos las hechiceras forman parte del discurso erótico suasorio. La amada es la domina y el poeta su servidor, un esclavo que en todo momento celebra con quejas - si esto es posible - la tiranía de su señora. Pero contrapuestas a sus quejas y sufrimientos, a su yugo y servidumbre amatoria, aparecela escenificación de su poderío: la magia puede propocionarle amplias ventajas, o al menos eso pretende hacer creer a su amada. Aquí es donde el amante elegíaco muestra su más auténtica fidelidad por cuanto no emplea estas facilidades de las hechiceras para dañar a su domina para relevarse del amor que lo liga a ella pese a los tremendos sufrimientos ni 96