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a. El motivo erótico no se constituye en centro de gravedad conceptual de la elegía 2.1, como ocurría en 1.1, según se ha visto. b. La amada, en 1.1, aparece con nombre propio, mientras que en 2.1 sólo se habla de una puella y de un iuuenis, sin personalización de sus figuras. c. La situación erótica del Libro I se establece en sus notas particulares, enunciadas sintéticamente en 1.1: el deseo de vivir junto a la amada en el campo, y la imposibilidad de hacerlo por la condición de mujer casada de Delia. No hay situación erótica particular en 2.1; sólo se habla del encuentro furtivo de los amantes, eludiéndose toda referencia al yo. d. En la presentación de 1.1, queda trazada la oposición campo-amor correspondido-idealidad / ciudad-separación amorosa-realidad, en tanto que la situación planteada por la puella de 2.1 no da mayores indicios del escenario en el que se realiza, pudiéndose imaginar tanto en el campo como en la ciudad. Todo esto invita a pensar en un retraimiento del tema erótico en el Libro II, volcado a temáticas más próximas al beneplácito de la política oficial. Como señala Bright (p. 188), 2.1 is a statement of and for the community. Tibullus is the spokesman for the communal celebration and carefully subordinates himself to the demands of the occasion. No obstante, como se ha visto, las elegías eróticas ocupan la mitad del Segundo Libro, con lo cual parece inexacto hablar de un retraimiento. Creemos que la explicación puede encontrarse en la culminación del proceso de escisión entre lo público-político y lo privado cumplido entre los Libros Primero y Segundo. Al menos como ensoñación personal, Tibulo plantea en el Libro I su deseo de integrar el amor a una vida de trabajos idílicos en el que Delia sea su compañera y Mesala su huésped sin deshonra, como en 1.3; y si bien en ningún momento esto parece ser otra cosa que un sueño, las continuas quejas del poeta tiendena establecer que tal sueño constituía un ideal factible, pese a ser contrariado por la realidad. De ahí las tensiones del Libro I, con los llamados al mutuo amor y fidelidad dirigidos a la mujer, y la invitación a una vida erótica en la pobreza del campo. En el Libro II, ese hilo que une lo ideal con lo real aparece definitivamente quebrado: Némesis, a diferencia de Delia, es un tipo completamente urbano, y ningún llamado a amores ideales parece corresponderle. De este modo, la vía rural y la vía urbana se alejan, y sólo esporádicas ensoñaciones recuperan el motivo del amor ideal en el campo a lo largo del Libro II. 78