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observados en el Libro I, por lo que no nos detendremos en esta elegía liminar más que para señalar la inclusión del tema amatorio. La mayor parte del poema 2.1 está centrado en las festividades rurales y sus ceremonias, pudiendo tratarse de la Ambarualia, las Feriae Sementiuae o Paganalia. Se asiste a una purificación del campo, con un llamado a la castidad - casta placent superis, v.13-, e invocación a los Di patrii (v.17). No falta el saludo a Mesala (v.31 y ss.) y el piadoso canto a los campos - rura cano rurisque deos, v.37- que coincide con la visión virgiliana de las Geórgicas en el marco del programa augusteo. La última parte del poema se dedica al Amor-Cupido, del que presenta una versión rústica haciéndolo nacer en el campo y calificando su arco de indoctus (v.69). Sin embargo, transformado en joven, Cupido olvida los rebaños y captura tanto al iuuenis como al senex (vv.71-74). En el dístico siguiente aparece la puella: học duce custodes furtim transgressa iacentes ad iuuenem tenebris sola puella uenit et pedibus praetemptat iter suspensa timore, explorat caecas cui manus ante uias. vv.75-78 siendo éste (Cupido) el conductor, yendo furtivamente a través de los guardianes que descansan, la amada viene sola hacia el joven en las tinieblas, y tienta con los pies el camino suspendida por el temor, y explora anteponiendo las manos los caminos que no ve. En cierta medida, la aparición de la puella que va al encuentro de su amante en una situación transgresiva (custodes furtim transgressa) resultaría una anticipación de los amores de Némesis, diseñados sobre las imágenes finales de Delia en 1.5y 1.6. Los furtivos amores que serán cantados en las elegías 2.3, 2.4 y 2.6 aparecerían aquí en una presentación sintética de lo que se desarrollará en el Libro Segundo. Pero se interponen varias y significativas diferencias entre las relaciones establecidas en 1.1 y el resto del Libro I, y las de 2.1 con respecto al resto del Libro II, que consignamos brevemente: 77