Página:La romana. Presencia de la mujer en las Elegías del Corpus Tibullianum.djvu/7

Esta página no ha sido corregida

Introducción En estas últimas décadas, los estudios de la mujer han visto acrecentar su importancia en universidades americanas y europeas, evidenciando un soste- nido interés por conocer y revisar todo acerca de un objeto replanteado en términos distintos. Ya en la década del setenta, el feminismo ganaba con progresiva pujanza la escena internacional, y discípulos de Miss Sarah Pome- roy publicaban estudios en los que se examinaban y reinterpretaban los documentos acerca de las mujeres en Grecia y Roma en función de corregir una versión considerada tendenciosa o, cuanto menos, parcial de su historia. En todo este tiempo, se han multiplicado los estudios sobre la mujer, en muchos casos alentados por centenares de congresos, centros de investigación o convenciones que tomaban aspectosde la situación de la mujer según enfoques particularizados. El tema ha ganadodecisivos espacios de difusión coincidien- do con el explosivo desarrollo de la industria editorial. Sería, pues, casi imposible resefñar aquí, aunque sólo fuera brevemente, todo lo producido en estos últimos quince años, en el extranjero y en nuestro país, donde grupos de investigación trabajan sobre distintos aspectos de la problemática femenina. En esta apretada multitud de teorías y versiones, intentamos exponer nuestro tema desde la óptica más comprehensiva, apuntando sólo ocasionalmente las discusiones que se presenten como insoslayables para el desarrollo de la exposición. Entre la sociología y la semiótica, el historicismo y el textualismo, o las teorías del género, los sucesivos revisionismos fueron asentando algunas premisas bajo las que se sigue trabajando: 1) La historia de las mujeres, el despliegue de su condición femenina y sus formas de ser, pertenecen al discurso masculino. Han sido los hombres, casi con completa exclusividad en la Antigüedad, los descriptores de lo femenino y quienes se han reservado el discurso autorizado acerca de lo que es o debe ser la mujer. Dado que los textos conservados de la Antigüedad son, pues, obra de varones, se ponen bajo sospecha de parcialidad por un resguardo de los intereses masculinos. 2) La voluntad de poder, en cualquiera de sus manifestaciones o bajo cualquier apariencia singular, se privilegia como centro de las especulaciones y resulta