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de las ambiciones de las generaciones anteriores - cursus honorum, negotia, vida militar de conquistas - despreciándolas como modo de existencia (Lilja p.63 y ss.), para buscar su realización en el círculo privado de sus experiencias y de sus amistades particulares. Desde Catulo, puede observarse - al menos hasta los comienzos del principado, época más exuberante de la literatura latina - un contraste entre lo público percibido como el campo de la perversión del individuo, la codicia, el despotismo del poder, y lo privado, reino de las relaciones de cordialidad y fides que se han ausentado de la vida cívica: Après les Ides de Mars, les guerres civiles vont ensanglanter l'Italie et le monde romain pendant près de 15 ans: la «res publica» traditionelle, qui constitue la référence de toute activité et de toute étude, en sortira anéantie. Les guerres civiles, fruit de la discorde, donneront libre cours aux ambitions forcenèes des politiques, à cette soif de «dignitas» qui avait élevé et perdu César; elles trouveront un terrain favorable dans l'avilissement politique des masses urbaines, travaillées par l'«inertia» et l'«inopia», prêtes à pactiser Avecl'aventure, et en même temps soucieuses d'ordre et desécurité.(André, 1966,p.385). Hacia mediados del siglo I a.C. han desaparecido los ideales políticos que todavía nutrían la generación de Cicerón, con sus esperanzas puestas en la constitución de un imperium iustum et moderatum (Cic. De Off.1.8; 2.6-7; et passim), y las continuas luchas de facciones ponen fin al sueño de un Estado justo y concorde, fundado en el orden institucional y legal que equilibrara racionalmente los poderes. El patriciado y los «intelectuales» - cualquiera sea su procedencia social - han sido cautivados por filosofías netamente individualistas que con gran esfuerzo tratan de integrarse a una doctrina social ya una concepción orgánica del estado. Estoicismo y epicureísmo hablan al hombre y del hombre como individuo, considerando sólo en segundo término su condición cívica o su valor político. Ambas filosofías se inclinan a un apolitismo que en vano tratará de remodelar el llamado estoicismo romano. La presencia de otras formas de intelectualidad tal vez menos evidentes y conocidas, pero no menos importan- tes, como el pitagorismo romano, ofrecen al individuo vías de realización personal apartadas igualmente del Estado. En estas condiciones se produce la perversión de los principios republica- nos:.à l'appétit de puissance des chefs, avides de gloire et de richesses, tyrannysés par leurs passions, répondra l'abdication politique de la foule sans idéal, obligée de vivre 28