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Apéndice La Mujer del Mito: Venus Es característica de la poesía tibuliana la muy escasa apelación al mito, de modo contrario a lo que ocurre en las elegías de Propercio. La única figura que reitera su aparición es la de Venus, característica de las expresiones amatorias y diosa tutelar del erotismo elegíaco. En la mayoría de los casos, su aparición es funcional y su significación se identifica con la del amor pasional y romántico, según los modelos habituales de la lírica amorosa que pueden retrotraerse hasta las fuentes griegas más arcaicas. Al modo griego-helenístico, Venus es normalmente la Afrodita Pandemos, diosa del erotismo y de los furta de los enamorados. Exige devoción y puede ser femeninamente cruel y celosa con sus servidores. Consignaremos sus más importantes apariciones, sin detenernos en cuestiones recurrentes como tópicos elegíacos. Venus como divinidad que favorece los amores ilícitos, siendo su vigía y protectora: Nunc leuis est tractanda Venus, dum frangere postes non pudet et rixas inseruisse iuuat; 1.1.71-78 Ahora debe ser atendida la leve Venus, mientras no avergüenza romper cerrojos y ayuda mantener luchas; Tu quoque ne timide custodes, Delia, falle; audendum est: fortes adiuuat ipsa Venus; illa fauet seu quis iuuenis noua limina temptat seu reserat fixo dente puella fores; illa docet molli furtim derepere lecto, illa pedem nullo ponere posse sono, illa uiro coram nutus conferre loquaces blandaque compositis abdere uerba notis; 1.2.15-20 119