Página:La romana. Presencia de la mujer en las Elegías del Corpus Tibullianum.djvu/100

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coniungit nostras clam taciturna manus; hiec foribusque manet noctu me adfixa proculque cognoscit strepitus me ueniente pedum. Viue diu mihi, dulcis anus; proprios ego tecum, sit modo fas, annos contribuisse uelim. Te semper natamque tuam te propter amabo: quidquid agit, sanguis est tamen illa tuus. Sit modo casta, doce, quamuis non uitta ligatos impediat crines nec longa stola pedes; et mihi sint durae leges, laudare nec ullam possim ego quin oculos appetat illa meos; vv.57-70 No te perdono yo por ti, sino que me mueve tu madre, y la dorada anciana derrota mis iras. Este te condujo a mí en las tinieblas y con mucho temor, callada, unió nuestras manos en secreto; ella perma- nece en lo nocturno junto a las puertas y de lejos cornoce el ruido de los pies cuando yo vengo. Vive para mi durante muchc timepo, dulce anciana; si fuera posible, querría yo contigo tributarte mis propios años. Te amaré y amaré siempre a tu hija por tu causa: cualquier cosa que haga, sin embargo ella es tu sangre. Enséñale que sea casta, aunque una cinta no retenga su cabellos atados ni una larga estola oculte los pies; y sean para mí duras las leyes, y no pueda aiabar a otra sin que ella me arrebate los ojos; Aquí la anciana ha resultado ser la madre de Delia. Los beneficios recibidos de ella consisten en el patrocinio de los amores furtivos del poeta y su amada y en tal caso, sus oficios resultan similares a los de la lena de 2.6, con la diferencia de que en este caso la anciana ha cooperado con el poeta, contrariamente a lo que sucedfa en el caso de Frine. Podría encontrarse, quizás, ironía en el contraste que ofrece el servicio de la anciana y el llamado a la castidad que inmediatamente después el poeta hace a la amada, pero este juego encuadra en las modalidades propias del amor eleglaco, para las que el amor furtivo hacia el poeta se considera de valor netamente positivo. 100