su edad, profesores de enseñanza primaria (sic). ¡Pero qué contumacia en machacar la herradura sin marrar una sola vez!
Pasemos por alto el plan de profesorado normal (en virtud de las razones apuntadas para el segundo ciclo de enseñanza secundaria) aunque no sin hacer notar su curiosa clasificación en «letras», «ciencias» y «jardines de infantes », que guarda relación, sin duda, con la que implica la distribución de asignaturas ya estudiada, siendo ésta, según se deduce, la arcaica de Bacon: poesía, filosofía é historia...[1] Pero incurro en una evidente demasía imputando al señor Fernandez tan sugestiva imitación. El señor Fernández sólo hallaría tocino en el perilustre canciller[2].
Por lo demás, su predilección hacia los jardines de infantes se explica. Esas incubadoras de pavipollos encuéntranse demasiado cerca de su mentalidad para no enternecerle; y si agregamos á esto el hecho de ser instituciones alemanas, acertaremos doblemente.
Hay su relación (guardando las proporciones) entre muchas de las majaderías froebelianas, con
su trascendentalismo fanático, y los planes regeneradores del señor Fernández. En unas y otros