Página:La paz perpetua (Kant, Rivera Pastor tr.).pdf/15

Esta página no ha sido corregida
11

cipe; y prestarse a semejantes deducciones es asímismo indigno de un ministro.

Este juicio parecerá, sin duda, una pedantería escolástica a los que piensan que, según los esclarecidos principios de la prudencia política, consiste la verdadera honra de un Estado en el continuo acrecentamiento de su fuerza, por cualquier medio que sea.

2. Ningún Estado independiente-pequeño o grande, lo mismo da-podrá ser adquirido por otro Estado mediante herencia, cambio, compra o donación...

Un Estado no es como lo es, por ejemplo, el "suelo" que ocupa-un haber, un patrimonio. Es una sociedad de hombres sobre la cual nadie, sino ella misma, puede mandar y disponer. Es un tronco con raíces propias; por consiguiente, incorporarlo a otro Estado, injertándolo, por decirlo así, en él, vale tanto como anular su existencia de persona moral y hacer de esta persona una cosa.

Este proceder se halla en contradicción con la idea del contrato originario, sin la cual no puede concebirse derecho alguno sobre un pueblo (1).

Todo el mundo sabe bien a cuantos peligros ha ex(1) Un reino hereditario no es un Estado que pueda ser heredado por otro Estado; lo que la persona física hereda es el derecho a gobemarlo. El Estado, pues, adquiere un regente; no es el regente como tal-esto es, como quien ya posee otro reino-el que adquiere un Estado.