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CANTO PRIMERO


Quince años cuenta la gentil María,
Y ya su frente virginal empaña
Algo como la sombra oscura y triste
De hondos pesares que en el pecho guarda.
No es del amor envenenado dardo
El que su jóven corazon traspasa,
Ni hay en su alma virginal y pura
Un mal recuerdo de su edad pasada.
Siendo el tesoro de su hogar más caro,
Ella es la rosa perfumada y blanca
Que á los halagos del amor materno
Suave perfume en su redor exhala.
¿Por qué, entónces, sus labios ya no rien
Con la alegre sonrisa de la infancia,
Ni sus mejillas pálidas coloran
Las frescas rosas de su edad temprana?
¿Por qué su boca juvenil se pliega
Con la expresion de una sonrisa amarga?
¿Por qué pierde el encanto de sus ojos