Página:La mujer científica.pdf/29

Esta página ha sido corregida

Allí cada pasajero
Iba encontrando á su paso
Un tierno beso, un abrazo,
Un saludo de amistad.
Entretanto de la Médica
Vi la mirada sombría,
Que con dolor se perdia
Del mar en la inmensidad.

Derramando esa ventura
Dulce, apacible y modesta,
Que solo el amor le presta
A quien lo sabe sentir;
Guiada por el sentimiento
Que impera en una alma bella,
Se detuvo junto á ella
Una pareja feliz.

Y me complací mirando
El empeño generoso
Con que á su bote espacioso
La condujeron los dos.
Y al perderse allá á lo léjos
Del bote la vela blanca,
Se arrancó, como se arranca
El alma que va hasta Dios,

De los labios del anciano,
Que vi de pronto de hinojos,
Vueltos al cielo los ojos,
Esta ferviente oracion:
A aquel que siendo dichoso
Dé al desgraciado consuelo,
Dale, Señor, desde el Cielo
Tu paternal bendicion.