todo cabeza y en la corte de Abeinoo, donde la enamorada Nausica le recibe con ingenua gracia para borrar las capciosas seducciones de Calipso, cuenta con jacfan ia sns aventuras, no siempre honrosas (Odisea, libro IX a XIII).
De tanta gloria cubrieron los poemas a L'lises, que la posteridad no se ha detenido a analizar el juicio del poeta que a cada instante le llama "divino". Merece tal nombre cl héroe que hizo del fraude su norma habitual de conducta, usando de la mentira y de la simulación con fines frecuentemente inmorales? Puede su agudeza de ingenio hacer olvidar la ausencia de sentido moral que en ocasiones propicias mostró el hijo de Laertes?
Adviertase que, a pesar de llamarle "divino", el poeta no oculta ciertas cualidades vergonzosas del héroc, que son vicios ante cualquiera moral teórica. En vecos alaba su prontitud para salvar los obstáculos y vencer las dificultades, que no es inmoralidad mientras se aplica a fines que no ofenden ni dañan así enando Néstor dice a Telémaco: "ningún jefe se atrevía a competir en astucia con tu padre, pues a todos vencía Ulises por su ingeniosa inventiva" (Odisea, lih. III). Pero otras alude a sus fraudes, como cuando Alcinoo, rey de los Feacies, le dice palabras que ofenderian a un hombre virtuoso y que el héroe escucha con regocijo; miertras narra su visita al infierno, el rey le interrumpe:
"Al verte, Ulises, no sospechamos descubrir en tí a un falaz impostor e inesperado artífice de altas mentiras, como tantos ruedan por el mundo" (Odisea, lib. XI).
El laercio no se ofendió: comnio una alabanza escuchó lo que hubiera indignado al polídeo.
La vida entera del divino" está entretejida de embustes y picarlias; es el arquetipo de una estirpe innumerable de caracteres que oponen la duplicidad a la derechez, la falsía a la verdad, el disinmulo a la franqueza. Ja estrategia al valor, prefiriendo las vías toreidas a las sendas rectas.
