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alzándoseme con unos ásperos pelos, y en todo este mall no veo otro solaz sino que a mí, que ya no podía tener amores con Fotis, me crecía mi natura, así, que estando considerando tanto mal como tenía, vime, no tornado en ave, sino en asno. Y queriéndome quejar de lo que Fotis había hecho, ya no podía, porque estaba privado de gesto y voz de hombre, y lo que solamente pude era que, caídos los labios y los ojos hundidos, mirando un poco de través a ella, callando, la acusaba y me quejaba; la cual, como así me vió, abofeteó su cara, y rascándose lloraba, diciendo:

—Mezquina de mí, que soy muerta; el miedo y prisa que tenía me hizo errar, y la semejanza de las bujetas me engañó; pero bien está, que fácilmente tendremos remedio para reformarte como antes. Porque solamente mascando unas pocas de rosas te desnudarás de asno y luego te tornarás mi Lucio. Y pluguiera a Dios que, como otras veces yo he hecho, esta tarde hubiera aparejado guirnaldas de rosas, porque solamente no estuvieras en esa pena espacio de una noche; pero luego en la mañana te será dado el remedio prestamente.

En esta manera ella lloraba. Yo, como quiera que estaba hecho perfecto asno y por Lucio era bestia, sin embargo, todavía retuve el sentido de hombre. Finalmente, yo estaba en gran pensamiento y deliberación si mataría a coces y bocados aquella maligna y falsa hembra; pero de este pensamiento temerario me apartó y revocó otro