abrazada toda esta provincia. Y esto porque tú ahora tan reciamente te quejas no lo recibiste por hacerte injuria; por esto, aparta de tu corazón toda tristeza y fatiga, porque estos juegos, que pública y solemnemente celebramos en cada año al gratísimo dios de la risa, florecen siempre con invención de alguna novedad; y este dios acompaña y tiene por encomendado con mucho amor al inventor de tales placeres, y nunca consentirá que tengas pena ni enojo en tu ánimo, antes, con su apacible hermosura, alegrará siempre tu cara. Además de esto, toda esta ciudad te ofrece señalados honores, porque ya te ha asentado en sus libros por su patrón y ha deliberado de hacer tu imagen de bronce, que esté aquí perpetuamente por esta gracia que les has hecho.
A esto que me decían yo respondí en esta manera:
—A ti, ciudad única y más noble de Tesalia tengo en singular gracia tal y tan grande cuanto merece los beneficios que de tu propia voluntad me has ofrecido, pero imágenes y estatuas déjolas a los más honrados y mayores que soy yo.
De esta manera, habiendo hablado con alguna vergüenza, mostrando un poco la cara alegre, sonriéndome y fingiéndome alegre, cuanto más podía, les hablé y se partieron de mí.