CAPITULO III
En esto la fama, que vuela con sus alas muy ligeramente, no cesó ni fué perezosa, y antes voló muy presto en mi tierra, recontando el honorable beneficio de la providencia de la diosa y la memorable fortuna que por mí había pasado en bal manera, que mis familiares y criados, asimismo mis parientes, quitado el luto que a mi causa habían tomado por la falsa relación y mensajería que de mi muerte tenían, súbitamente se alegraron, y luego corriendo vinieron a mí cala uno con su presente, para ver mi cara y presencia cómo era tornado cuasi del infierno a esta vida. Yo así mismo, holgándome con ver mi gesto y persona, de lo cual ya estaba desesperado, recibí sus dones y presentes, dándole muchas mercedes y gracias por ello, lo cual yo tenía razón de hacer, porque estos mis familiares y amigos habían tenido cuidado de traerme cumplidamente lo que había menester, así para mi vestir y ataviar como para el otro gasto; así que después que les hube hablado en general y a cada uno en particularmente, diciéndoles todas mis primeras fatigas y penas y el gozo presente en que estaba, tornéme otra vez a la muy agradable vista y presencia de la diosa, y