las otras cosas sagradas en tierra honradamente, el principal de los sacerdotes ofreció a la diosa una nave muy pulidamente obrada, y pintada con pinturas maravillosas como las que se pintan en Egipto, y hechos sus sacrificios y solemnísimas preces con una tea ardiendo y un huevo y piedra azufre, rezando con su casta boca después de haberla limpiado y purificado, la dedicó y nombró a ésta su gran diosa; la nave tenía una vela muy blanca de lino delgado, en la cual estaban escritas letras que declaraban el voto de los que la ofrecían por que la diosa les diese próspero viaje; tenía asimismo la nave su mástil, que era un pino redondo, alto y muy hermoso, con su entena y su gavia, y la popa de la nave era cubierta de láminas de oro, con las cuales resplandecía, y todo el cuerpo de la nave era de cedro limpio y muy pulido. Entonces todo el pueblo, así los religiosos como los seglares, con sus harne ros y espuertas en las manos, llenos de olores y de otras cosas semejantes, para suplicar a su diosa, la lanzaban dentro en la nao, y asimismo desmenuzadas estas cosas con leche, las lanzaban sobre las ondas del mar, por ceremonia de sus sacrificios, hasta tanto que la nao, llena de estos dones y otras largas promesas y devociones, sueltas las cuerdas de las áncoras, fué echada en la mar con su sereno y próspero viento, la cual, des pués que con su ida se nos perdió de vista, los que traían las cosas sagradas, tomando cada uno lo que traía a cargo, alegres y con mucho placer,
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Asno de oro
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