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su locura apresurada, viendo que había lugar para su esperanza, demandóle con mucha instancia que cumpliese con ella el plazo de lo que le había prometido; pero el mancebo excusábase diciendo ahora una causa y después otra, apartándose de su abominable vista cuanto podía, hasta tanto que por los mensajeros que le había enviado, conociendo ella manifiestamente que le negaba la promesa por él hecha, con la mudanza de su variable ingenio, prestamente mudó su nefando amor en odio mortal, y llamado luego por ella un su esclavo muy malo y aparejado para toda maldad y traición, comunicó con él todo este negocio y pensamiento malvado que ella tenía, lo cual entre ellos platicado, no les pareció otro mejor consejo que privar de la vida al mezquino del mancebo. Así que, incontinenti, ella envió a aquel ahorcadizo para que trajese veneno que matase prestamente; el cual trajo diligentemente desatado en vino, fué aparejado para matar a su entenado que estaba sin culpa. En tanto que la malvada hembra y su esclavo deliberaban entre sí de la oportunidad y tiempo para podérselo dar, acaso el hermano menor, hijo propio de la mala mujer, viniendo de la escuela a hora de comer, comenzó a almorzar, y como hubo sed bebió de aquel veneno que halló, no sabiendo la ponzoña y engaño escondido que allí dentro estaba; después que hubo bebido la muerte que estaba aparejada para su hermano, cayó en tierra sin ánima y vida. El bachiller, su maestro,