mano; de manera que, contra opinión de todos, la piedra cayó sin hacerle mal. Este humano acaecimiento dió y administró al discreto mancebo aviso y gran esperanza de vengarse de aquel mal hombre, y fingiendo que estaba lisiado y manco de la mano, habló a aquel rico cruel de esta manera:
—Gózate con la muerte de toda nuestra familia y harta tu cmueldad hambrienta con la sangre de tres hermanos, y sepas que has triunfado muy gloriosamente siendo muertos tus aiudadanos, y como quiera que sea privado el pobre de tus heredades y tú hayas alargado cuanto quisieres las lides de las tuyas, por ventura tendrás algún vecino que resis porque ésta mi mano lerecha, que de buena gana cortara tu cabeza, por mi desdicha la tengo quebrada y caída.
La cual palabra oída por aquel furioso, enojóse, y sacada la espada, con mucha codicia arremetió al mancebo para matarlo. Como quiera que no incitó a otro más flaco que él, porque el mancebo era esforzado, y resistiendo contra él la opinión del rico, no esperando él tal cosa, abrazáse fuertemente con él y túvole el brazo con gran fuerza, y con un puñal dióle muchas puñaladas, hasta que le hizo echar la mala y sucia de su ánima, y por poderse librar de la mano de aquellos sus servidores y familiares que lo venían a socorrer, con aquel puñal que está lleno de sangre de su enemigo, luego allí se degolló. Estas eran aquellas cosas que predestinaban los prodigios agüeros y lo que habían anunciado a aquel viejo, el cual, aunque estaba cercado de tan-