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creo que porque no hubiese diferencia del espiritual sacrificio que hacen a los dioses, lanzó la mano derecha por aquella degolladura hasta las entrañas la buena Meroe, y sacó el corazón de mi triste compañero. El cual, como tenía cortado el gaznate, no pudo dar voz ni solamente un gemido. Panthia tomó la esponja que traía y metióla en la boca de la llaga, diciendo:

—Tú, esponja, nacida en la mar, guarda que no pases por ningún río.

Esto dicho, ambas juntamente vinieron a mí y quitáronme la cama de encima, y puestas en cuclillas meáronme la cara, tanto que me remojaron bien con su orina sucia. Y entonces saliéronse por la puerta fuera, y luego las puertas se torraron a su primer estado, cerradas como estaban; los quicios tornaron a su lugar, los postes se enderezaron, la aldaba se atravesó y cerró como antes. Yo, como estaba echado en tierra, sin ánimo, desnudo y frío y remojado de orines, como si entonces hubiera nacido del vientre de mi madre, o casi medio muerto, que yo mismo resucitaba a mí, o como si hubiera huído de la horca, dije:

—¿Qué será de mí cuando éste se hallare a la mañana degollado? ¿Quién podrá creer que yo digo cosas verosímiles, pareciendo, en efecto, las verdaderas? Porque luego me dirán: "Si tú, hombre tan grande, no podías resistir a una mujer, a lo menos dieras voces, llamaras socorro. ¿Cômo en presencia de tus ojos degollaban un hombre y tú callabas? ¿Por qué, si eran ladrones, no mataban a