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tribulaciones con ánimo y esfuerzo de hombre. Y después de pasadas muchas dificultades y peligros por mar y por tierra, llegó a la ciudad de Zacinto, adonde su suerte y ventura le había dado por algún tiempo estancia y morada; pero cuando llegó al puerto de Acciaco, por donde nosotros andábamos robando toda Macedonia, ya que era de noche, por apartarse de la mar y por tomar algún refresco, entróse aquella noche a dormir en una venta que estaba cerca de la mar; adonde nosotros llegamos y robamos todo cuanto traía; y no con poco peligro de nuestras personas nos partimos de allí, porque como aquella dueña oyó el sonido de la puerta cuando la abríamos, lanzóse en su cámara, dando gritos y voces, que despertó a todos, llamando por sus nombres a sus escuderos y criados y a toda la vecindad, que le viniese a socorrer, y si no fuera que con el miedo que cada uno tenía de sí mismo se escondían, el negocio fuera de tal mmanera que no partiéramos de allí sin pena; pero después de poco, aquella dueña, muy buena y honrada, de gran fe y graciosa en buenas costumbres, porque es razón de contar la verdad, suplicé a la majestad del emperador César, y alcanzó muy presta, tornada para su marido, y asimismo impebró llsma venganza del nobo que le fué hecho. Finalmente, que el emperador no quiso que hubiese collegio ni compañía del ladrón Hemo, y luego se deshizo y perdió, porque todo lo puede la voluntad de un gran príncipe. Así que, hecha pesquisa contra nosotros, boda la compañía de los caballenos y pendones de aquella hues-