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des el troyano, para su copero, queriendo dar ayuda y pagar el beneficio recibido, en ayudar a los trabajos de Psiches, mujer de Cupido, dejó de volar por el cielo y vínose a la presencia de Psiches y díjole en esta manera:

"¿Cómo tú eres tan simple y necia de las tales cosas, que esperas poder hurtar ni solamente tocar una sola gota de esta fuente no menos cruel que santísima? ¡Tú nunca oíste alguna vez que estas aguas estígeas son espantables a los dioses y aun al mismo Júpiter? Además de esto, vosotros, los mortales, juráis por los dioses, pero los dioses acostumbran jurar por la majestad del lago estigio: pero dame este vaso que traes."

El cual ella le dió y el águila se lo arrebató de la mano muy presto, y volando entre las bocas y dientes crueles y las lenguas de tres órdenes de aquellos dragones, fué al agua e hinchó el vaso, consintiéndolo la misma agua, y aun amonestándole que prestamente se fuese, antes que los dragones la matasen. El águila, fingiendo que por mandato de la diosa Venus y para su servicio había venido por aquella agua, por la cual causa más fácilmente llegó a henchir el vaso y salir libre con ella, en esta manera, tornó con mucho gozo y dió el vaso a Psiches, Ileno de agua; la cual la llevó luego a la diosa Venus. Pero con todo esto nunca pudo aplacar ni amansar la crueldad de Venus; antes ella, con su risa mortal, como solía, le habló amenazándola con mayores y más peores tormentos, diciendo: