mandó hacer, y luego se fué por todas las ciudades y lugares, pregonando de esta manera: Si alguno tomare o mostrare dónde está Psiches, hija del rey y sierva de Venus, que anda huida, véngase a Mercurio, pregonero que está tras el templo de Venus, y allí recibirá por galardón de su indicio, de la misma diosa Venus, siete besos muy suaves y otro muy más dulce. De esta manera pregonando Mencurio, todos los que lo oían, con codicia de tanto premio, se aderezaron para buscarla. La cual cosa, oída por Psiches, le quitó toda tardanza de irse a presentar ante Venus, y llegando ella a las puertas de su señora, salía a ella una doncella de Venus, que había nombre Costumbre, la cual, como vió a Psiches, comenzó a dar grandes voces, diciendo:
"Vos, dueña, mala esclava, basta que ya sentís que tenéis señora: aun sobre toda la maldad de tus malas mañas finges ahora que no sabes cuánto trabajo hemos pasado buscándote. Pero bien está, pues que caíste en mis manos: haz cuenta que caíste en la cárcel del infierno, y donde no podrás salir, y prestamente recibirás las penas de tu contumacia y rebeldía."
Diciendo esto, arremetió a ella, y con gran audacia echóle mano de los cabellos y comenzóla a llevar ante Venus, como quiera que Psiches no resistía la ida. La cual, luego que Venus la vió comenzóse de reír como suelen hacer todos los que están con mucha ira, y meneando la cabeza, rascandose en la oreja, comenzó a decir: