y hierbas de su ribera. Acaso el dios Pan, que es dios de las montañas, estaba asentado en un altozano cerca del río: el cual estaba tañendo con una flauta y enseñando a tañer a la ninfa Caña. Estaban asimismo alrededor de él una manada de cabras, que andaban paciendo los árboles y matas que estaban sobre el río. Cuando el dios peloso vió a Psiches tan desmayada y así herida de dolor, que ya él bien sabía su desdicha y pena, llamóla y comenzó a halagarla y consolar con blandas palabras, diciendo de esta manera:
"Doncella sabida y hermosa: como quiera que soy pastor y rústico, pero por ser viejo soy instruído de muchos experimentos; de manera que, si bien conjeturo aquello que los prudentes varones llaman adivinanza, yo conozco de este tu andar titubeando con los pies, y de la color ama rilla de tu cara, y de tus grandes suspiros y lágrimas de los ojos, bien creo cierto que tú andas fatigada y muerta de gran dolor; pues que así es, tú escúchame y no tornes a lanzarte dentro en el río ni te mates con ningún otro género de muerte; quita de ti el luto y deja de llorar. Antes procura aplacar con plegarias al dios Cupido, que es mayor de los dioses, y trabaja por merecer su amor con servicios y halagos, porque es mancebo delicado y muy regalado."