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de Iquique no es un hecho aislado de violencia política-social, sino que condensa con gesto violento, la incomprensión respecto a la emergencia de un otro que no entiende y para el cual no tiene instrumentos para dialogar. Es de esta forma que Santa María sintetiza un fracaso, no sólo por la muerte de un millar de personas inocentes, sino que también es un fracaso de la idea de “nación” como espacio de integración social, de Estado como promotor del bien común, de democracia como mecanismo de participación y movilización social y del desarrollo como estrategia de mejoramiento de la calidad de vida de toda la población. Esto redundará en que el Estado pierda la legitimidad —legitimidad relativa como señalan diversos autores [1], pues sólo era legítimo para la oligarquía— que construyó durante el siglo XIX a través de la guerra de la independencia y la consolidación de las fronteras nacionales[2], que dará pie a la acción política de las clases populares contra un Estado que desde ese momento se entiende, definitivamente, como opresivo.

El Territorio[3]

El territorio es uno de los elementos cruciales para entender las dinámicas sociales que acaecieron a fines del siglo XIX y a principio del siglo XX, en especial si tomamos en consideración que las jóvenes repúblicas se enfrascaron en el siglo XIX en sendas disputas para definir o consolidar sus fronteras, las cuales no sólo definieron territorios y los recursos asociados, sino que sentaron las bases de la conformación de las identidades nacionales[4]. Por otro lado, la movilidad poblacional —comportamiento ampliamente asentado durante la colonia— cambiará de orientación, en tanto se verá reducida progresivamente la migración estacional o circular entre territorios rurales, adquiriendo los centros urbanos y productivos mayor gravitación en las fuerzas de atracción y retención o poblacional.

La lucha emancipatoria de Chile culminó con la conformación de un Estado / Nacional, inserto en el circuito del comercio mundial, anteriormente restringido por las normativas reales y por el monopolio de la navegación ejercido por Lima. A escala territorial, esta mayor autonomía económica redundó en la gran importancia que adquirirá Valparaíso durante gran parte del siglo XIX. La consolidación del puerto como punto de abastecimiento, distribución y centro de negocios del Océano Pacífico, que se manifestó en el vertiginoso crecimiento de la ciudad en términos comerciales, urbanísticos y de producción cultural, manufacturera, de servicios financieros y navieros. Valparaíso se constituye en la primera ciudad propiamente moderna en Chile, en tanto la

  1. Como es el caso de Ramírez Necochea, Julio Jobet, Gabriel Salazar, Julio Pinto, Enrique Fernández, Eduardo Devés, entre otros.
  2. Góngora, Mario: “Ensayo histórico sobre la noción de estado en Chile en los siglos XIX y XX”. Editorial Universitaria, Santiago 1986.
  3. Agradezco para este capítulo los aportes y comentarios a Miguel Villa, quien orientó en lecturas e implicancias sociales, políticas, económicas y culturales en el análisis del territorio y los movimientos de población, independiente de aquello, el resultado de este capítulo es plena responsabilidad del autor. Para una versión complementaria a este capítulo, consultar “Migración interna y desarrollo en Chile: diagnóstico, perspectivas y políticas”, de Miguel Villa y Felipe Rivera, documento presentado en el seminario sobre “Migración Interna y Desarrollo”, llevado a cabo en la CEPAL el 10 de abril de 2007.
  4. Góngora, Mario, op. cit.