artista y sea distinto de él“. músicay su efecto sobre nosotros, al emocionarnos con las formas de los deseos humanos y de la armonia de su cumplimiento, y en el carácter privilegiado de la música que no imita ideas, como las otras artes, sino que objetiva la voluntad en I Sl. En el caso de Morel hay aspectos morales de su personalidad, que presenta también distintos pliegues, como un palimpsesto a descifrar por los lectores egiptólogos, en la persecusión de los signos, según las ideas de Genette y Deleuze”. Pero además, Charlus pretende elevar a su discípulo con la asignación de crónicas musicales, humorísticas, combinadas con escritos en los que lo utiliza como instrumento de su venganza. Pero su aspiración es favorecerlo como músico y escritor, para lo que pretende recurrir a Bergotte, con el ideal de que Morel llegue a tener el prestigio de Berlioz. Por otra parte la señorita Vinteuil y su amiga no ofrecen ninguna ejecución de las obras de Vinteuil, ni aparecen personalmente en las sesiones musicales en las que se reclama su presencia. Pero ellas relizan otra tarea: en verdad una re- composición, como la que pide Charlus, una re-creación, pues el material musical de Vinteuil se haya casi completamente perdido. Son muy nombradas, a propósito de los celos del héroe, pero salvo el recuerdo de Combray, el vozarrón de la señorita Vinteuil y Ia famosa escena de Montjouvain, narrada desde la perspectiva del héroe, se suman a lo que ocurre con Vinteuil, el padre; un desplazamiento de la persona del autor (en este caso las recreadoras) a la realidad de la obra. Pero, además, Ia tarea de "la hija de la sonata" se liga al arte interpretativo de la Berma e incluso a la función de la crítica en los pastiches de Proust“? Estos señalan un camino a la crítica: la producción de otro textoal modo del autor estudiado. Los intérpretes y los reconstructores de las obras producen también un texto, que en el caso de los autores imaginarios proustianos, permanece esforzadanente fiel al original pero, como es transcripto o interpretado de modo de que se creen las condiciones de su aparición, requiere una actividad de creación, no libre porque ni siquiera el autor es libre ante su obra, pero imprescindible e individual.‘ Las "señoritas Vinteuil" son, como la Berma y Morel, creadoras de un arte propio, sin que rechace esta afirmación su falta de libertad o, si se prefiere, de arbitrio, pues 96 Schopenhauer funda esta distinción en la inspiración, en la capacidad de la
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