una sola muchacha separada y distinta de las demás. Y precisamente el hecho de que, en ésta mi visión faltaran las demarcaciones que ‘luego habría yo de fijar entre ellas propagaba en el grupo algo como una fluctuación armoniosa, la constante traslación de una belleza fluida, colectiva y móvil (u, 416-417), (I, 789-790). Esta comparación entre la individualización e identificación amorosa y musical tiene también otro aspecto: asícomo Swann y el héroe parecen preferir esa etapa musical previa del aparecer de las frases fugitivas, obscuras y profundas, a su concreción y análisis posterior por la inteligencia que abstrae y se aleja del modo verdadero de ser de la música, que sólo un equivalente espiritual podría mantener como tal en su misterio y en sus incógnitas, así, el héroe añora a veces, cuando su amor se ha conformado por el dolor en la concreción e identificación de una muchacha, su querida Albertina, al conjunto armonioso, en fuga e imposible de fijar de las muchachas en flor. La decantación yjustificación artística de esta asociación música-amor, está en el retrato de Miss. Sacripant (II, 482-484), (l, 848-850), es decir, de la dama de rosa, Odette, obra imaginaria de demolición de la personalidad para el descubri- miento de nuevas leyes realizada por Elstir, ciego al hábito y a las leyes de causa- efecto establecidas. La llamada de la música conduce en oportunidades al amor. Pero no es un error total, excepto cuando como Swann se termina por remitirla a los "fol Iajes nocturnos", o sea por convertirla en materia y no en espíritu proyectado en lo material. No es una equivocación plena, pues si la música conduce al amor, el amor permite el placer individual (como la música deWagner)ypor consiguiente encamina hacia el dolor. El amor lleva a n uestro espíritu creador y, por tanto, vuelve ala música a sí misma pero asegura su penetrar en nuestro espíritu. Por eso el amor es un intermediario entre la música y el espíritu y la mujer amada, como Miss. Sacripant, un modelo sobre el que se construye el arte. Porque el amor revive a una persona en la medida en que está exento de costumbre y rompe con ella, aunque pueda instaurar una nueva fuente de costumbres. Esta concepción de la mujer como modelo artísticose acentúa en la relación del héroe con los diversos objetos del amor. Y en su convicción, no obstante los reproches de su abuela, de que ha tenido razón en preferir la compañia de las muchachas a las enseñanzas del gran 67 que me sedujeron el momento antes, y me era imposible referirlas a
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