Señores:
Estimulado por la benévola acojida que acordais á los trabajos de la inteligencia, no he vacilado en prestar mi pequeño tributo á la realizacion de la laudable tarea que ha emprendido esta asociacion, de estudiar todas aquellas cuestiones que ofrecen algun interés para el progreso y bienestar de la sociedad.
La investigacion de la verdad es el punto objetivo de vuestros afanes, y habeis formado este modesto centro, donde, reunidos frecuentemente, podremos mantener perenne la llama ardiente del saber; estableciendo aquella franca comunion de las ideas que al promover la tolerancia mútua, difunde tambien la fraternidad entre todos los hombres.
He creido que no podíais haber concebido un pensamiento mas útil, mas provechoso y fecundo para el porvenir; porque nada engrandece y dignifica tanto al hombre como el cultivo de la inteligencia y nada contribuye tanto á redimirle de la oprobiosa esclavitud de la ignorancia, de la miseria y de la supersticion, como su perfeccionamiento moral é intelectual.