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EL MAR Y EL CIELO.

HAY veces en que el mar tiñe sus olas
Con tintas imposibles de copiar;
Parece que la luz enamorada
        Seduce y acaricia,
Medrosa, su imponente majestad.

No bien anuncia oriente la alborada
Y brota el primer lampo matinal,
Riela en las aguas cual tupida malla
        La limpia luz del cielo
En lineas de cobalto y de cristal.

Plumajes ígneos y flotantes gasas
Cortejan de los cielos el fanal,
Y las ceruleas ondas se apresuran
        Con franjas de topacios,