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Poesías de Cuellar.

Han salido de un pecho acongojado,
El viento los halló en la inmensidad,
Y los lleva después de puerta en puerta
        En busca de piedad.


Y si después del baile, en la mullida
Y vaporosa almohada os reclinais,
Y aún vibra en vuestro oído la cadencia
        Del fugitivo wals,
Y, las manos de rosa de los sueños,
Logrando vuestro párpado cerrar,
De súbito temblais sobrecogidos
        Volviendo á despertar;
No pregunteis la causa á los salones
Que os vieron un momento delirar,
No le pidais la clave á las delicias
        Que acaban de pasar:
Es que vuestra alma, de gozar cansada,
Recobró en vuestro sueño libertad,
Y sintió, al contemplar á los que sufren,
        La herida del pesar.