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Poesías de Cuellar. — 309

Ley sábia fué; que si Jehová reside
        En trono de diamante
De alto poder al pensamiento impide
        Penetrar un instante;

¿Cómo el Hijo de Dios que allá tornara,
        Tener pudo otro seno
Que el de María, que jamás manchara
        De la culpa el veneno?

Cuanto hay dulce en la paz y en la esperanza
        Cuanto hay de grande y bello
Tu nombre guarda; que de eterna alianza
        Es el eterno sello.

De tu divino aliento embalsamado
        Tres ángeles nacieron,
Que un rayo de tu luz han conservado
        Desque al mundo vinieron.

Pureza, Castidad, dulce Inocencia,
        Sus nombres son preciados:
Y sin tí se ofuscara su existencia
        Del ánima ignorados.