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296 — Poesías de Cuellar.

Las aves trinos canoros,
Los lábios dulces sonrisas,
La naturaleza coros,
Murmullos blandos las brisas
Y las caricias tesoros.

Esa edad encantadora
En que el ánima atesora
Tanto plácido embeleso:
Una dicha en cada hora,
Una vida en cada beso.

Esa edad ¡destino impío!
Pasa como pasa el viento,
Que se extiende en el vacío.
Como las ondas del río
Que se desliza violento.

Huye, sus ligeras huellas
Se disipan lentamente
Cual se borran las estrellas
Cuando va á alumbrar en ellas
La luz del rosado Oriente.

Y allá dentro el pecho tierno
Que abrigó tan pura calma
Hay un sentimiento interno,
Hay un fuego que á un infierno
Arroja después al alma.