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256 — Poesías de Cuellar.

Ayer como la onda inquieta
Que se despeña en la altura,
Encubriendo tu hermosura
Con inflexible careta,
Te lanzaste á tu ventura,

Y á merced del antifaz,
Y del amor á merced,
Con el lujoso disfraz,
Tendiste á muchos, falaz
Y fementida, una red.

Tu mente en nada repara
Y al corazón obrar dejas:
¡Ay triste del que te amara,
Que no te importan sus quejas
Si no te ha de ver la cara!

Y vendes halago tierno
Al que está mintiendo amores,
Y dejas en un infierno
Al que con amor eterno
Tu senda regó de flores.