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Poesías de Cuellar. — 243

Que pena tan dura y larga
Sucedió á fugaz placer!
Llora, sí; viertan tus ojos
Las lágrimas á raudales,
Que son eternos los males
Que te dejó tu pasión.

Doblega triste la frente
Desventurada en el mundo,
Que paga el dolor profundo
Con duro sarcasmo vil.
Llora, llora, pobre Elvira,
Y doblega la cabeza,
Que quien perdió su pureza
Debe llorando vivir....

El mundo nunca perdona.
La sociedad escarnece
Al que sin honor padece
Aunque llore de dolor.
Busca, Elvira infortunada,
En otra fuente consuelo:
Pon los ojos en el cielo
Y alcanzarás el perdón.