Que vió correr las horas
Como en dulce campiña,
En bandada fugaz, aves canoras;
En este corazón amante y tierno
Cayera ¡ay triste! en malhadada hora
Desbordado torrente de amargura,
Pena aguda, cruel, desgarradora,
Que hizo de un puro Edén horrible infierno.
.................................
¡Oh sombra, enantes encarnada y viva,
Llena de juventud y de hermosura!
¡Sombra querida! oh sombra!
Trémulo el labio con dolor te nombra,
¡Silencio, calma, soledad, tristura!
¡Cuán hondo es el abismo
De esa terrible eternidad! ¡cuán hondo!
Tan solo comparable al dolor mío,
Tan solo comprensible
Para el sabio Hacedor...
¡Oh fantasía!
¿Dónde está tu poder? ¿dónde tus alas?
Lleva mi corazón donde ella mora,
Surque veloz mi idea
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Poesías de Cuellar.