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Poesías de Cuellar. — 163
Un misterioso impulso en el instante
Engendró delicioso sentimiento.
Bello fué mi horizonte, bello el mundo
Con la antorcha del día iluminado:
En placeres fecundo,
Presto en torrentes de ilusión me inundo
Y á mi ambición es pobre lo creado.
Como en óptica hermosa, un panorama
Espléndido brillara ante mis ojos:
El corazón se inflama
Del entusiasmo con la viva llama;
Ví á la mujer, y la adoré de hinojos.
Y mi vida, y mi sér y el alma mía
En delirio abrasáronse, dichoso,
Mi loca fantasía
Senda de bienandanza me ofrecía
Y puso amor y celestial reposo.
Mas de súbito ¡oh Dios! en lontananza
Aparecen deformes nubarrones:
La tempestad avanza,