De procelosos vientos ¡ay! ¿á dónde,
A dónde me conduce mi destino?...
En tanto del dolor el hondo vaso
Apura sin cesar el labio mío:
Del loco mundo la algazara loca
Llega con lentitud á mis oídos...
Ellos cantan y ríen... ¡dichosos seres!
En los deleites siempre confundidos,
Rodeados de célicas beldades
De lánguido mirar y talle erguido...
Ya los escucho... del festín alegre
A mí llegan los plácidos sonidos,
Y contemplo al través de esas ventanas
Del raudo wals el voluptuoso giro...
¡El amor! panorama delicioso,
Almo consuelo del mortal, alivio
Del agudo dolor... ¡ay! yo no puedo
Ufano penetrar en tu recinto!...
No; que contemplo la pomposa fiesta
Al pié del muro que me niega abrigo;
Y no hay un sér en la callada noche
Que recoja mis íntimos suspiros,
¡Ah! todo causa al corazón pesares.
Todo acrecienta mi dolor: el giro
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Poesías de Cuellar.